Hoy enterramos una persona que puede ser conocida por algunos y desconocida por otros, la señora Corpus Navarlaz Gallardón. Igual que tres de sus hermanas y su hermano José, formó parte de una familia que emigró a Francia con la intención de mejorar económicamente su vida, como decía la coplilla sobre su padre:
Emeterio y Cándido siempre van juntos
de barranco en barranco cortando juncos.
Tras su marcha se cantaba otra nueva coplilla:
Emeterio y Cándido ya no van juntos
Tomás y Moreno ya van al junco.
A su vuelta se le notaba un aire diferente, modales y vestir que no se correspondían con los de aquí. Algunos la envidiarían por las cosas materiales, es inevitable. Otros no lo harían, pues aunque fueran muchas las ganancias, dejar tu pueblo y tu gente suponen también pérdidas irreparables, que sólo el que lo pasa conoce. Su casa en la Chantrea siempre la tenía adornada con un rincon florido y muy cuidado. También su saludo era risueño y agradable, conversadora, obsequiosa, buena cocinera, probé un bizcocho riquísimo que preparaba. Adios a un trozo de la historia de Añorbe, que como otros, se nos están yendo.
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