Esta tarde he asistido a una actividad en la que ha participado como protagonista un preclaro y viajado hijo de Añorbe, el catedrático emérito de antropología filosófica y presidente de la Cátedra Internacional Ortega y Gasset de la UNED, Javier San Martín Sala. Ha estado acompañado por otros dos profesores miembros de la Cátedra del filósofo español, Tomás Domingo Moratalla y Noé Expósito Ropero, presentados por la profesora de Filosofía, Virginia Yoldi López.
Nos ha presentado su libro, con su trabajo durante 15 años de estudio elaborando una teoría sobre las creencias, relacionadas con el pensamiento de José Ortega y Gasset, fundador de la Escuela de Madrid.
Debemos saber que este gran filósofo español tuvo que exiliarse fuera de España. Tras la guerra civil todos los filósofos fueron asesinados o desterrados y borrados del conocimiento. Durante la posguerra se enseñó filosofía tomista en las universidades españolas, siguiendo las ideas de Sto. Tomás de Aquino (1224). Incluso el Padre Ramírez intentó que se prohibieran sus libros. Como ha señalado, en el revolucionario año 68, cuando en la Universidad debía estar conociendo y desarrollando ideas de otros filósofos, aquí nos encontramos huérfanos de estudiosos. No fue hasta los años 90 en que se comenzó a nombrar a Ortega .
Y se marchó a Alemania para estudiar la relación de Husserl con Ortega y Gasset. Tuvo que aprender alemán profundamente para poder descifrar completamente las disquisiciones filosóficas, ayudado también por sus conocimientos de inglés y griego.
Nos ha hablado sobre los tres niveles de la Fenomenología:
- Cognitivo
- Valorativo
- Acción o práctico.
También nos ha hablado de la diáspora de los filósofos españoles en Latinoamérica: conocida como la diáspora intelectual española, en México, Argentina, Cuba, Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela, Perú, …
Su campo de estudio es la Antropología filosófica, que está en la raíz del nacimiento de la filosofía. Los griegos fundaron ciudades para comerciar en lo que ahora es Turquía e Italia. Supusieron un intercambio de culturas, cada una con sus creencias. Cada pueblo tenía realidades y creencias propias y diferentes a las de otros grupos. Estas creencias son lo que les define a cada uno.
Hubo creencias que perduraron y otras se fueron debilitando. Los filósofos estudiaron lo perdurable, que se considera como fundamento básico común a todos los pueblos. En su momento la filosofía fue subsidiaria de la fe.
Hemos escuchado con interés sobre la realidad, la creencia, la confianza, el nombre de las cosas que permiten su existencia, de ideas y de autonomía de pensamiento, de ciencia y modernidad, de terraplanismo y realidades "alternativas". Pero lo que se ha destacado sobre todas las cosas es la importancia del DIALOGO.



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