LA LLUVIA EN EL EXILIO

Nuestro amigo Charmendines nos hablaba el otro día de los exiliados, y nombraba los económicos y los familiares. Hace años era normal conocer a alguien que se había ido a Alemania, o a Suiza, para trabajar, pues aquí no había trabajo. También había familias y jóvenes que se iban a otra provincia para poder trabajar. Así surgieron unas economías importantes en Pais Vasco, Cataluña, Valencia, Madrid, …  Seguro conocemos  en nuestra familia algún exiliado económico. En la mía hay varios. Pero no penséis que es cosa del pasado. Ahora mismo se están marchando al extranjero jóvenes que están excepcionalmente formados, con su carrera terminada, algunos con master y con idiomas. Vamos, los sueños de muchos padres satisfechos con la formación conseguida por sus hijos, que pensaban que iban a garantizar la tranquilidad económica, y la ausencia de aquellos exilios económicos.

Si nos remontamos más años hacia atrás encontramos los exilios políticos. Aquellas personas que durante o tras la guerra civil se marcharon a Francia principalmente, o países americanos. También podéis conocer alguno de estos exiliados, especialmente si tenéis más de 45-50 años. Estos exiliados se encontraban más fácilmente en familias que vivían en lo que llamaban “Zona roja”  o “Republicana”. Este es mi caso,  parte de mi familia y yo misma vivía en Valencia, y mis familiares  supieron de exiliados. Algunos se fueron a vivir a Francia, pero incluso conocí un “topo”, persona que sin abandonar físicamente  su casa, vivía encerrado de por vida, sin ver la luz por temor de ser  visto incluso por sus vecinos. Otros en el monte eran los "maquis". De este tipo de exiliado también encontramos en otros países actualmente en conflicto.

Existen también los exiliados emocionales, quien por no encontrarse a gusto con el entorno que tiene, se aisla de personas, amigos, relaciones sociales,  quedándose en casa o en una burbuja.  Por existir creo que pueden existir hasta los votantes exiliados, aquellas personas que avergonzados de los políticos que nos gobiernan, se excluyen de toda participación ciudadana y democrática.  Son aquellos que dicen, a mí que me borren de los navarros, de los cristianos,  de los españoles, o de los … . Aquellos que dicen “que paren el mundo que me bajo”

 

Y con estos melancólicos pensamientos llegaba el otro día a Añorbe, y todo Valdizarbe parecía tener un tinte triste, diferente. La melancolía eso es lo que tiene, a veces nos entran ganas de volver a recuperar lo que perdió la  familia, o a veces una tristeza que no se quiere abandonar. Esta es la imagen. Había una bruma que sin ser niebla, hacía que San Martín pareciera levitar, y Añorbe quería estar un peldaño más alto que lo habitual.

Pero hoy he visto cuál es el exilio que ha producido la anterior visión. Es la lluvia que parece haberse exiliado. Hace mucho tiempo que la lluvia parece no querer que la veamos y sintamos. El campo está tan seco  que los  agricultores estos días cuando están arando y sembrando sus campos, al pasar el arado levantan unos polvorines que semejan la mejor bruma londinense, y dan ese toque de irrealidad.  Y pienso ¿cuál será la motivación que ha tenido la lluvia para desaparecer?