Nuestro amigo Txarmendines ha dado en el clavo con el tema
de la deportividad. Y después de la final entre el Athletic de Bilbao y
el Atlético de Madrid, creo que además tiene dotes de adivino.El partido de ayer, aunque dejó a muchos leones heridos
y nos entristeció a bastantes simpatizantes,
fue un partido ejemplar.
Primero por la emoción que se vivió. Es un partido de los
que sirven para que los no aficionados
se entusiasmen con el fútbol, y tal vez
se hagan seguidores de este deporte. El ejemplo de lucha que dieron, no dando
por perdido nada, jugando hasta el final con ilusión y empeño como si fuera el
primer minuto.
Al final los perdedores, muy a su pesar, aceptaron la
realidad: este partido les tocaba perder, y lo asumieron sin broncas, malos
modos ni insultos. Con tristeza si, es lógico, apesadumbrados, pero nada mas,
con ilusión para otros partidos y otros premios que pueden conseguir más
adelante.La afición siguiendo el ejemplo
de los jugadores, o acompañándoles en el doloroso camino de vuelta a casa,
haciendo uno el sentir de todos.
Pero el equipo ganador también dio una muestra de su
deportividad. Felicitaron al equipo perdedor reconociendo su gran valía y
esfuerzo, sin chulería ni superioridad. La convivencia y reconocimiento del
contrario fue la tónica entre los aficionados. Celebraron con alegría y algo de
alcohol su victoria, disfrutaron de una muy buena noche, pero para ello no
necesitaron luchar con nadie, ni humillar ni agredir a nadie. Ni siquiera el
árbitro tuvo que sufrir. Lástima que los políticos no entiendan de emociones deportivas, y con un exceso de "prevención" provocaron que al final se produjeran incidentes, incluso heridos. Pero estos incidentes son ajenos al hecho deportivo. Sabemos que en todos los lugares hay personas que aprovechan cualquier acontecimiento y concentración, como el final de la Liga Europea, o cualquier otro evento, para provocar, romper, incendiar, agredir, ... Justo lo que ayer quedó fuera del estadio de futbol.
Tal vez la mayor grandeza resida en los jugadores de ambos
equipos, acostumbrados a entrenar duro y luchar limpiamente todos los partidos
que les toca jugar, sin zancadillas, ni insultos, sin marrullerías. Tal vez el
secreto es que ellos no son grandes estrellas del futbol, ni cobran miles de
millones de euros, ni firman contratos publicitarios millonarios, simplemente
se dedican a lo que les gusta, jugar al futbol, sencillament.
Y aunque los titulares nos llevan a una competición por aumentar el número de heridos y detenidos, quedémonos con la deportividad de se vivió entre los jugadores y aficionados de verdad. Lo demás, ... es independiente y ajeno al deporte.
Y aunque los titulares nos llevan a una competición por aumentar el número de heridos y detenidos, quedémonos con la deportividad de se vivió entre los jugadores y aficionados de verdad. Lo demás, ... es independiente y ajeno al deporte.
1 comentario:
Hola Marisa y txaparros:Gracias a Marisa por darme poderes de los que carezco y debo reconocer que aunque no soy nada fan o hincha del A.Bilbao,debo reconocer que su manera de jugar y su deportividad en la final y en otros partidos son el ejemplo perfecto de lo que es el deporte sin marrullerias,lo que debe ser ejemplo para los niños que practiquen este y otros deportes,quizas me atreveria a hablar aunque no Sea mi deporte favorito del rugby,un deporte con muchos golpes y mucho contacto fisico y con menos lesionados y marrullerias que por ejemplo el futbol.......Lo de los politicos en Madrid sin comentarios,la prevencion no es el coartar a la gente la libertad de moverse y expresarse sino la toma de medidas para que ello transcurra con normalidad.Saludos para ti y todos los txaparros.
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