Ayer murió Carlos Sanz, hoy a las 7 será el funeral en la parroquia de Santiago de Puente la Reina, frente a su casa y carnicería que durante tantos años atendió con su alegría, trato amable y servicial. Siento mucho su marcha, lo consideraba buen amigo. Tuve relación con él desde que cantabamos juntos en la Coral Arrieta, y por ser clienta suya como antes lo había sido mi madre y mi abuela desde tiempos de su padre, "Juanito" Sanz.
Muy integrado en Puente, fue uno de los impulsores de la Asociación de Comerciantes. También desde los inicios estaba detras del puesto de pintxos solidarios que se instalaba en Ferias y otras fiestas, colaborando con los P. Reparadores para recaudar fondos con que ayudar en la construcción de algún colegio, hospital, etc. en paises que cuentan con misioneros de Puente. Haced recuento de todas las personas que de una u otra forma le han querido y ahora le van a echar de menos, justo hoy, día que celebramos el Corpus Crhisti, fiesta grande en Puente. Hoy es el que conocemos por "Dia del Chorizo". Antes todas las casas mataban uno o más cerdos y elaboraban los jamones y chorizos que consumian durante el año. Como la matanza tiene unas fechas concretas, y el chorizo requiere un periodo de curación, venía a ser en Corpus cuando ya estaba listo, y era para la fiesta cuando se probaban los nuevos chorizos caseros.
Y los que habéis llegado a leer hasta aquí estáreis pensando qué tiene que ver este buen carnicero con Añorbe. Pues tiene. Durante muchos años Carlos traía a Añorbe a secar los chorizos artesanos que vendía en su carnicería, dado el clima seco y los vientos que tenemos, mucho más apropiados para curar chorizos que en Puente. Pero no solo es esto. También durante años Carlos venía a Añorbe unos días a la semana con su furgoneta para vender carne.
Por eso muchas personas que hayan vivido aquí hace más de 20 años le recuerdan con su gracia, sus chascarrillos, mientras servía la carne, en la época en que el estrés todavía no había invadido nuestras vidas, aunque a él nunca le atrapó. Siempre atendía cortando y pesando el género, pero además salías de su carnicería con una sonrisa por un chiste, broma ... que siempre añadía aunque no lo llevaramos en nuestra lista de la compra.
Hasta siempre Carlos, ahora tendremos que subir al cielo para comer la mejor txistorra que he probado en mi vida.
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